Ermita de San Vicente
La ermita de San Vicente Ferrer se encuentra localizada en el lugar donde, según la tradición, predicó el dominico en 1410. El templo se construyó en 1667 y se reformó en 1730. Hay que destacar el emplazamiento del templo al lado del antiguo camino Viejo o Vía Augusta, y como testigo de este hecho son las piezas de miliario que alrededor de ella se encontraron, que en la actualidad se exponen al Museo de Historia de Borriol. A muchos pocos metros también se ubicaba la desaparecida Venta de San Vicente, que prestó servicio desde tiempos inmemoriales hasta el último tercio del siglo XX, en qué fue arrasada a raíz de la construcción de la autovía actual.
Se trata de una ermita de estructura sencilla de reducidas dimensiones. Presenta una sola nave y no tiene capillas adosadas a los laterales. En el interior la nave de estilo corintio se encuentra dividida en tres tramos, presenta unas medidas de 13 metros de largo por 6 de ancho y un coro alto sobre la cancela. Detrás del altar, dedicado a San Vicente, se conserva la piedra sobre la que predicó el santo, que atraviesa el muro y se visible por la parte posterior del edificio. Se puede leer la siguiente inscripción: “SOBRE ESTA PIEDRA PREDICA SAN VICENTE FERRER Y PVEST”.
La fachada es rectangular, con cornisa recta sobre la que se levanta la espadaña metálica con la campana. El acceso está conformado por una puerta dentada central y a los dos laterales ventanas bajas enrejadas. Sobre la entrada hay un panel cerámico con la imagen del Santo y una dovela de piedra con la fecha de construcción de la ermita grabada (1667). Por sobre se abre otra ventana rectangular, también enmarcada con sillares. Por encima de esta ventana había un reloj de sol del que tan solo queda la barrita de metal.
Adosada a la ermita está la casa del ermitaño, elevada sobre un porche con “pedrís corregut” y abierta al exterior por dos grandes arcos de medio punto. Tiene dos plantas, una primera planta donde está la casa del ermitaño, y un bajo para atar los mulos a los pilones.
Construcción realizada a base de masonería con refuerzos de sillares a las esquinas, puertas, y ventanas. Solo el porche y la fachada presentan revestimiento y encalado.
Las cubiertas de la ermita, la cabecera y la casa del ermitaño, son independientes y están realizadas a dos aguas a base de teja.
Por último la ermita tiene una ancha explanada, hoy restaurada, con la huerta que pertenece a la parroquia, una cruz de piedra, un pozo construido en 1952 y una fuente de masonería con la pila de piedra trabajada.